Tecnología vibratoria
El entrenamiento vibratorio se basa principalmente en la transmisión de estímulos vibratorios a través del cuerpo mediante una plataforma vibratoria. Esta vibración activará una serie de receptores sensoriales, especialmente los husos neuromusculares a través del estiramiento, que provocarán a su vez la activación refleja de las motoneuronas alfa y consecuentemente un reflejo tónico responsable de la contracción muscular refleja.
La vibración corporal total y segmentaria (por zonas) es una herramienta que se ha ido empleando cada vez más en los últimos años en el mundo de la rehabilitación porque parece tener una gran efectividad a corto plazo. La alta intensidad vibratoria produce mayor activación neuromuscular, provoca un aumento de reclutamiento de unidades motoras y favorece el trofismo muscular. De ahí que los dispositivos vibratorios se empleen mucho en la rehabilitación de pacientes. Hay evidencia más que demostrada de su efectividad en el campo de la traumatología, la fisioterapia respiratoria, el entrenamiento deportivo, la fibromialgia, el dolor y la prevención de osteoporosis.
En los últimos años se está introduciendo como recurso también en el área de la neurorrehabilitación. Como la respuesta del estímulo vibratorio depende de diferentes variables entre los que se encuentra la localización y las características de la vibración, la longitud y estado del músculo y el estado de excitabilidad del sistema nervioso, hay que tener en cuenta la patología del paciente para considerar su uso.
A día de hoy, hay evidencia en la aplicación de tecnología vibratoria en el tratamiento del miembro superior de pacientes con accidente cerebrovascular, en el tratamiento de la marcha, en lesiones medulares, en distonía y en Parkinson. Pero sobretodo, donde mejores resultados se han logrado ha sido en esclerosis múltiple así como en parálisis cerebral infantil.
Los objetivos de la aplicación de la vibración son tanto disminuir la espasticidad como facilitar la contracción muscular, así como estimular propioceptivamente para ayudar a la reorganización sensoriomotora. Gracias a ello, se obtienen resultados como la mejora en la fuerza, la coordinación, el equilibrio, la resistencia y algunas áreas del MSSS.
Se trata sin duda de un recurso muy útil en neurorrehabilitación como complemento al tratamiento de los terapeutas ocupaciones y fisioterapeutas.