Terapia respiratoria

TERAPIA RESPIRATORIALas dificultades en el proceso respiratorio están ligadas a numerosas patologías que son abordadas desde el área de logopedia. Es el caso del síndrome del respirador oral, que puede derivar en numerosas anomalías estructurales a nivel orofacial (paladar ojival o maloclusión dental), disfunciones de los órganos fonoarticulatorios (déficit del sellado del velo del paladar o del sellado labial) interposición lingual o falta de tonicidad de la musculatura de la lengua o de los labios, entre otros.

Además, la respiración es un proceso muy importante en trastornos de la fluidez del habla como disfemia o tartamudez, así como en alteraciones de la voz como las disfonías.

La terapia respiratoria se centra principalmente en el trabajo directo conductual-logopédico y en el uso del apoyo instrumental, orientado a proporcionar retroalimentación en busca del control y la supervisión de la respiración. Se pretende establecer un buen control postural y un tono muscular apropiado que facilite la regulación supervisada del patrón respiratorio y la generación de una presión subglótica estable, prolongada y suficiente para favorecer un efecto de vibración adecuado de las cuerdas vocales.

El uso de esquemas o dibujos que representen el funcionamiento de la respiración, la forma de los pulmones o las estructuras implicadas en la respiración y/o la visualización del movimiento en el propio clínico, en vídeos sencillos o incluso en dibujos, ayudará en mayor o menor medida a comprender mejor la conducta que se desea que controle. Una vez que el niño experimenta o comprende la maniobra, buscamos generar situaciones cotidianas en las que se genere el patrón respiratorio adecuado y poder así generalizarlo. Las situaciones que generaremos serán diferentes en función de la patología a tratar. Así, buscaremos desarrollar las habilidades de soplo y buscaremos hacer consciente al niño de las posibilidades que hay de dosificar el aire, estableciendo flujos de aire y/o voz continuos-entrecortados, largos-cortos o fuertes-débiles. Además, buscamos establecer buenos hábitos fono-respiratorios y evitar que se manifiesten los presentes anteriormente, es decir, extinguir o reducir las conductas desadaptativas o las que generaban una dificultad. Por otra parte, una vez alcanzado un control aceptable del mecanismo respiratorio, se pueden introducir ejercicios que impliquen su coordinación con la fonación y/o la articulación, si lo consideráramos oportuno.