Terapia a través de la música

La música ha sido descubierta como un buen medio para fomentar el desarrollo integral del niño. A través de la música se puede estimular la atención, concentración, coordinación motora, habla, el lenguaje o la agudeza auditiva, fonorrespiración, entre otras. La etapa de alfabetización del niño se ve más estimulada con la música. A través de canciones infantiles, en las que las sílabas son repetitivas y riman, acompañadas de gestos que se hacen al cantar, el niño mejora su forma de hablar y de entender el significado de cada palabra. Entre las actividades que podemos sugerir utilizando música encontramos cantar u oír determinada canción o ritmo musical, composición de canciones, tocar instrumentos, etc. Así, podemos buscar que la música se adapte a la patología o dificultad que estamos trabajando, variar el ritmo o la intensidad de la canción (rápido/lento – fuerte/débil) si estamos trabajando fluidez del habla, articulación o fonación o incluso elegir o elaborar canciones que contengan determinado fonema con el fin de mejorar su producción, o incluso adquirir el grafema que está asociado a ese sonido (fonema). Podemos utilizar la música también a nivel de sílaba o de palabra, no sólo son válidas las canciones que cuentan una historia. Sin embargo, es más lúdico y llamativo para el niño, ya que resulta más entretenido seguir el ritmo de una canción que repite un estribillo, a cantar el nombre de los objetos que le vamos enseñando, por ejemplo. Debemos utilizar la música de manera diferente en función de cual sea el aspecto que queremos reforzar, sin embargo, es innegable que contemos con la música como recurso para facilitar el desarrollo o  reforzar numerosas habilidades cognitivas como atención, memoria o concentración, y no sólo el lenguaje, además de contribuir al desarrollo de la capacidad intelectual, sensitiva, auditiva, sensorial, comunicativa y/o motriz.