Ondas de choque

Ondas de choque IRF La SalleLa terapia con ondas de choque es una técnica que, aunque inicialmente comenzó a utilizarse para el tratamiento de los cálculos renales, actualmente su aplicación se ha extendido a otras patologías musculoesqueléticas como la tendinopatía de Aquiles o la fascitis plantar. 

Los mecanismos de acción mediante los cuales las ondas de choque influyen sobre la salud y el estado del tejido son varios. En primer lugar, se cree que estimula la formación de nuevos vasos sanguíneos y el aumento de la actividad osteogénica. En segundo lugar, se piensa que, desde una perspectiva física, la propia energía mecánica transmitida con la técnica, favorece la fragmentación de los depósitos de calcio que puedan estar presentes en el tejido y facilitar, de este modo, su reabsorción por nuestro cuerpo. Finalmente, se plantea que la energía mecánica de las ondas de choque estimula determinados receptores relacionados con la percepción de estímulos potencialmente lesivos. Esos estímulos favorecen la aparición de sustancias analgésicas de manera local y, además, contribuyen a la remodelación del tendón al aumentar la actividad de los fibroblastos. 

Entre las contraindicaciones de la terapia, se incluyen el embarazo, los procesos infecciosos agudos, los tumores malignos, las coagulopatías y las fracturas. Asimismo, algunos efectos secundarios que pueden experimentarse tras la aplicación de la técnica con ondas de choque pueden ser dolor transitorio, eritemas en la piel o inflamación local. 

Actualmente, se ha visto que la terapia con ondas de choque es un tratamiento seguro y efectivo, aunque sigue siendo necesario investigar para mejorar los protocolos de actuación (número de sesiones semanales, intensidad de las ondas, número de impulsos por minuto o los tiempos de descanso entre sesiones). Se trata de un abordaje terapéutico útil en el tratamiento patologías musculoesqueléticas de extremidad superior e inferior. 

En particular, para la extremidad superior, se ha observado que las ondas de choque contribuyen a la mejora en el estado de salud en pacientes que presenten tendinopatías calcificantes en el manguito rotador, también en las tendinopatías no calcificantes, y en los casos de síndrome de compresión subacromial. Sin embargo, hay estudios que sugieren que llevar más de 11 meses con síntomas y presentar calcificaciones de un tamaño mayor a 15 milímetros, constituyen factores pronósticos negativos para la recuperación. En el caso de patologías en codo (epicondilalgias lateral y medial), la investigación científica sugiere que la terapia con ondas de choque es una alternativa eficiente e igualmente eficaz cuando se compara con otras técnicas de rehabilitación. 

De forma similar, existe evidencia moderada que sugiere que la terapia con ondas de choque puede ayudar a mejorar los síntomas, especialmente, en pacientes con tendinopatía rotuliana y en tendinopatías proximales de los músculos isquiotibiales. Asimismo, también se ha observado que los efectos de esta técnica pueden ayudar a personas que presenten  tendinopatía de Aquiles o síndrome doloroso del trocánter mayor. Sin embargo, actualmente no existe evidencia científica que respalde el uso de las ondas de choque en casos de síndrome de estrés tibial.