La actividad graduada es un tratamiento conductual recomendado para el dolor crónico. Se trata de una herramienta basada en los principios del condicionamiento operante en psicología, de ahí que se incluya como técnica de fisioterapia bioconductual para el tratamiento del dolor. Es una estrategia con la que fomentar la actividad física continuada a pesar del dolor, utilizando constructos de la psicología, metas específicas y refuerzos sistemáticos.   

Está muy ligada con otras técnicas de la fisioterapia bioconductual. En este sentido, la educación terapéutica se considera el primer paso dentro de la actividad graduada. Mediante la explicación de conceptos relacionados con el dolor y el ejercicio, su neurofisiología y el aspecto biopsicosocial del mismo, se pretende hacer que el paciente entienda la importancia del movimiento activo y la necesidad de movimiento y se genere en él la iniciativa de empezar a moverse y a trabajar para hacer algo por su propio dolor.  

Una vez se ha conseguido hacer ver la importancia del ejercicio y el movimiento activo, se deben establecer objetivos y metas en conjunto con el paciente. Este es un paso de vital importancia al utilizar metodologías bioconductuales ya que es una forma de demostrar al paciente que se va progresando con el tratamiento. Si no se planteasen objetivos, o éstos son demasiado lejanos de conseguir, se podría generar en el paciente una sensación de frustración por no ver progreso con el tratamiento y esto sería contraproducente. Por lo tanto, se deben establecer metas a corto plazo que sean realistas y alcanzables.   

Otro aspecto a tener en cuenta es la prescripción de la actividad en cuotas. Al igual que es importante establecer metas y objetivos realistas, tiene sentido pensar que la cantidad de la actividad a realizar debe estar en proporción con esos objetivos planteados. Es recomendable tener en cuenta el equilibrio entre actividad y descanso. Usar estrategias que permitan la autogestión de este equilibrio por parte del paciente con el propósito de aumentar su participación es aconsejable. A este concepto se le conoce como “pacing”. 

Finalmente, y en relación con la dosificación de la actividad graduada y el establecimiento de metas,  es necesario que el clínico vaya reforzando los logros y el esfuerzo del paciente para no caer en la sensación de frustración por la ausencia de progreso.  

Este tipo de metodologías se aplican cada vez más en fisioterapia, en concreto en procesos de dolor crónico. Procesos como el dolor lumbar crónico o el dolor cervical crónico son sobre los que más se ha investigado, pero la actividad graduada es una estrategia que podría aplicarse en otras patologías que cursen con dolor.