Actividad física y ejercicio terapeútico en patologías neurológicas (infantil)

¿Qué es el ejercicio?

Actividad física y ejercicio terapeútico en patologías neurológicas:La actividad física y su promoción, así como evitar el sedentarismo, juegan un papel importante en la promoción y prevención de patologías relacionadas con el estilo de vida.

La actividad física es necesaria en todos los niños para un óptimo desarrollo físico, emocional y psicosocial. Debería de empezar a implementarse desde pequeños e ir aumentando sus dosis y exigencia con el transcurso de la edad.

El ejercicio se define como: actividad física planificada, estructurada, con un número de repeticiones y motivación de lograr un objetivo.

Entre los componentes de la actividad física que se pueden mejorar se encuentra la fuerza muscular, la resistencia muscular y la capacidad cardiorrespiratoria. Todos ellos deben ser pautados por un profesional con conocimientos en esta área.

Los principales tipos de ejercicios propuestos en pacientes con patologías neurológicas son:

  • El entrenamiento de fuerza muscular involucra los músculos del cuerpo trabajando o aguantando contra una fuerza aplicada externa (con pesas, bandas elásticas) o aplicada por el propio peso del cuerpo y la resistencia.
  • El entrenamiento aeróbico involucra movimiento de manera general de todos los grupos de músculos del cuerpo manteniendo un ritmo y con una duración de tiempo limitada. Entre otros ejemplos: carrera, bicicleta, ergómetro de miembro superior.

 

Muchos estudios recomiendan realizar durante el tratamiento una combinación de ambos.

¿Por qué es importante el ejercicio en pacientes con patologías neurológicas?

Muchos niños, adolescentes o adultos con diagnóstico de patologías neurológicas como las personas con diagnóstico de parálisis cerebral infantil, tienen reducida la capacidad cardiorrespiratoria y la fuerza muscular.  Existe una relación, entre este tipo de limitaciones y la participación de las actividades.

Existe mucha evidencia de que el ejercicio físico, es una de las mejores formas no farmacológicas para mejorar varios aspectos de salud como: la mineralización ósea, la capacidad cardiorrespiratoria, sensación de fatiga, sensación de disnea…

Hace unos años, se pensaba, que el ejercicio en pacientes con patologías neurológicas era una contraindicación, porque se pensaba que se aumentaba la rigidez muscular y la espasticidad y se disminuía el rango de movimiento de las articulaciones, pero actualmente existe más evidencia de que el entrenamiento mejora la espasticidad además de venir bien para el músculo espástico que es un músculo débil.

Para poder desarrollar unas pautas universales de prescripción de ejercicio para población con patologías neurológicas, hay que basarse en:

  1. Frecuencia
  2. Intensidad
  3. Tiempo
  4. Tipo de ejercicio.

¿Qué mejoras nos ofrece el ejercicio?: ejemplos

Mejora de la capacidad cardiorrespiratoria:

En relación con la mejora que se obtienen en la capacidad cardiorrespiratoria, se pueden dar mejores ganancias en programas de entrenamiento de mayor tiempo de duración. Los tipos de ejercicios que se proponen son de tipo aeróbico:

  • Entrenamiento de marcha/entrenamiento mediante treadmill,
  • Carrera
  • Subir y bajar escaleras
  • Entrenamiento en bicicleta
  • Cicloergómetro de brazos
  • Propulsar silla de ruedas
  • Natación / hidroterapia.

 Entrenamiento de fuerza muscular:

  • Se muestran mejoras en la fuerza de miembros superiores o miembros inferiores con repeticiones, intensidad y frecuencia adecuadas para cada pacientes recomendadas y evaluadas por un profesional sanitario.
  • No se muestra una gran diferencia en la velocidad de la marcha cuando se centra en ejercicios de fuerza específicos, pero sí que hay cierta evidencia que muestra mejoras cuando el ejercicio de fuerza se realiza de manera intensa en miembros inferiores o en tronco trabajando el core. (Chuyao Huang)

Mejora en las funciones motoras gruesas:

Se encuentran mejoras en las actividades funcionales (cambios posturales, marcha…), según la escala GMFM-66 en pacientes con parálisis cerebral. Sabemos que las habilidades motoras están relacionadas a la ganancia de fuerza muscular. Estas mejoras se ven sobre todo en ejercicios de fuerza muscular.

Mejoras en la marcha:

El corazón y los pulmones deben ejercitarse a niveles moderadamente intensos de forma regular para mantener la resistencia y la forma física. Esto tiene también un efecto beneficioso en la mejora de la marcha funcional.

Se encuentran mejoras en los patrones de marcha cuando se proponen ejercicios de fuerza en miembro inferior. Sobre todo, en pacientes clasificados en un tipo de marcha denominado “marcha agachada”, cuando el tratamiento se basa en ejercicios de fuerza con alta carga de intensidad en los músculos de los miembros inferiores (isquiotibiales).

Mejoras en el manejo del dolor:

El ejercicio de intensidad moderada refiere beneficios en el manejo del dolor provocado por sintomatología relacionada con las patologías neurológicas como la espasticidad en personas con parálisis cerebral. Esto va a tener consecuencias en una mejora de la calidad de vida en los pacientes que lo sufren.