Todo lo que hay que saber sobre el síndrome de cauda equina 

¿Qué es el síndrome de cola de caballo o cauda equina? 

El síndrome de cauda equina (SCE) se da cuando existe una lesión de los nervios a nivel del canal vertebral lumbosacro.​(1)​  

Su causa más común es la hernia discal lumbar masiva, y ocurre en 1 de cada 33.000 a 100.000 habitantes, abarcando entre el 1% y el 3% de las hernias discales lumbares. Se considera la única indicación absoluta de cirugía urgente, conformando el 2-6% de todas las operaciones de prolapso de disco lumbar.​(2,3)​  

El SCE también puede producirse después de una cirugía, asociado a la metodología e instrumental utilizado en la operación y a la posibilidad de congestión venosa provocada por el edema postoperatorio. Puede derivar también de cualquier patología que comprima la cauda equina, como son los casos de los traumatismos y las fracturas de la columna vertebral, los tumores, o las infecciones que provocan la formación de abscesos. ​(2,4)​ 

¿Qué síntomas presentan estos pacientes? 

El SCE abarca una constelación compleja de síntomas y signos que pueden incluir dolor lumbar, dolor radicular uni- o bilateral en el territorio inervado por el ciático, deterioro sensorial en la zona de la silla de montar, reducción de la función sexual, incontinencia fecal, disfunción de la vejiga y debilidad de las extremidades inferiores. ​(2,3)​ Aunque no todos los SCE desarrollan el síndrome clínico completo, y se pueden observar una amplia variabilidad de déficits motores y sensoriales. ​(4)​ 

Rasgos característicos clave 

Los cinco rasgos característicos clave que deben hacer sospechar de un SCE: 

  • ciática neurogénica bilateral 
  • sensación perineal reducida 
  • alteración de la función de la vejiga que conduce a una retención 
  • pérdida del tono anal 
  • pérdida de la función sexual 

Tipos de Cauda equina 

Se reconocen dos categorías clínicas de SCE en función de la evolución de los síntomas, y se establece según el efecto sobre la vejiga y función intestinal: ​(1)​ 

  • CES-I, Cauda Equina Incompleta: tiene problemas urinarios con una reducción de la sensibilidad de la vejiga y pérdida parcial de la función intestinal. Las demás características del síndrome de cauda equina, como la ciática, la debilidad de los miembros inferiores y la anestesia de la silla de montar, suelen estar presentes.  
  • CES-R, Cauda Equina Retenida: el síndrome ha evolucionado hasta una fase en la que hay retención urinaria completa e incontinencia por rebosamiento. La disfunción intestinal en la CES completa es menos pronunciada que la disfunción urinaria, pero puede ser más debilitante desde el punto de vista social. Puede adoptar la forma de incontinencia fecal o estreñimiento, o ambas combinadas. Las demás características del síndrome de cauda equina también están presentes, aunque es probable que la alteración sensorial en silla de montar sea más densa. ​(2,4)​ 

Se han propuesto dos categorías más: Sospecha de cauda equina (SSCE) y Cauda equina completa (SCEC). Estas categorías pueden ser útiles a la hora de iniciar una vía de tratamiento y, en los casos de sospecha, la urgencia de la exploración. ​(4)​ 

Diagnóstico 

Es de especial relevancia la historia del inicio de los síntomas, con énfasis en los antecedentes de deterioro sensorial en la silla de montar y los problemas de vejiga o intestino.  

El examen clínico debe incluir una evaluación neurológica completa, incluida la presencia/ausencia de sensibilidad del perineo junto con un examen rectal para evaluar el tono anal. También es útil la exploración de la vejiga para determinar el volumen caso de sospecha de retención. 

Si con la valoración clínica no es posible descartar el diagnóstico de cauda equina se recomienda realizar una prueba de imagen urgente. El goal-standard para la detección de la compresión de la cauda equina es la resonancia magnética (RMN) y la tomografía computarizada (TC), dado que estas técnicas permiten la determinación del diámetro del canal espinal y la visualización de las estructuras neurales. ​(2,4)​ 

Tratamiento 

Hay dos vías de tratamiento principales: el tratamiento quirúrgico y el no quirúrgico 

Tratamiento quirúrgico: se recomienda en las fracturas toracolumbares inestables con potencial de compromiso neurológico significativo. Consiste en una descompresión neural completa y estabilización de la columna para corregir el diámetro reducido del canal espinal. La literatura refiere que los mejores resultados de recuperación se obtienen con cirugías previas a las primeras 48h tras la lesión. ​(4)​ 

Tratamiento no quirúrgico: está indicado en SCE estable sin déficit neurológico significativo o sin inestabilidad estructural de la columna. 

  • Estimulación Nervio Sacro – Pudendo: se utilizan para la incontinencia urinaria y fecal secundarias a SCE. La estimulación directa del nervio permite reclutar un mayor número de vías aferentes, lo que permite obtener una mayor respuesta a la terapia ​(1)​ En muchas ocasiones la estimulación directa se consigue a través de la electropunción cercana al nervio ​(5)​ 
  • El tratamiento de la disfunción intestinal es difícil. Incluye una combinación de modificación de la dieta, terapia conductual, laxantes, supositorios, enemas e irrigación rectal. (1) 
  • El tratamiento del dolor lumbar y pérdida de la capacidad para caminar tiene buen pronóstico con tratamiento de fisioterapia convencional. 

Pronóstico de recuperación 

La mejora motora y sensorial, la recuperación de la función intestinal y de la vejiga es una prioridad principal para quienes viven con SCI 14 y está asociada con la independencia y la calidad de vida de una persona. ​(4)​ 

Hay diversos factores asociados al pronóstico: 

  • La gravedad de la disfunción de la vejiga en el momento de la cirugía es el factor dominante para predecir la recuperación de la función de la vejiga, teniendo mejores resultados cuanto menor sea la afectación inicial ​(6)​ 
  • El tiempo que tarda en realizarse la cirugía desde el inicio de síntomas y detección de SCE, siendo más favorable el resultado dentro de las primeras 48h ​(6)​ 
  • Los casos de SCE-I tienen un mejor resultado de recuperación que los de SCE-R por el nivel de afectación ​(2)​ 
  • El inicio temprano de la rehabilitación tras la detección y/o cirugía es un predictor significativo tanto para la recuperación de la capacidad para caminar, como para la mejora en la puntuación intestinal y vesical ​(4)​ 

Lorena Remón Ramiro 

Fisioterapeuta de la Unidad de Trastornos musculoesqueléticos y de la unidad de suelo pélvico. 

Nº Colegiado: 13670 

REFERENCIAS 

​​1. George AT, Dudding TC, Gurmany S, Kamm MA, Nicholls RJ, Vaizey CJ. Pudendal nerve stimulation for bowel dysfunction in complete cauda equina syndrome. Ann Surg [Internet]. 2014 Mar [cited 2022 Sep 7];259(3):502–7. 

​2. Quaile A. Cauda equina syndrome-the questions. Int Orthop [Internet]. 2019 Apr 4 [cited 2022 Sep 15];43(4):957–61. 

​3. Alex Gitelman, Shuriz Hishmeh, Brian N Morelli, Samuel A Joseph Jr, Andrew Casden. Cauda equina syndrome: a comprehensive review. Am J Orthop (Belle Mead NJ) . 2008 Nov;37:556–62.  

​4. Attabib N, Kurban D, Cheng CL, Rivers CS, Bailey CS, Christie S, et al. Factors Associated with Recovery in Motor Strength, Walking Ability, and Bowel and Bladder Function after Traumatic Cauda Equina Injury. J Neurotrauma [Internet]. 2021 Feb 1 [cited 2022 Sep 7];38(3):322–9. 

​5. Liu Z, Zhou K, Wang Y, Pan Y. Electroacupuncture improves voiding function in patients with neurogenic urinary retention secondary to cauda equina injury: results from a prospective observational study. Acupuncture in medicine : journal of the British Medical Acupuncture Society [Internet]. 2011 Sep [cited 2022 Sep 16];29(3):188–92. 

​6. Qureshi A, Sell P. Cauda equina syndrome treated by surgical decompression: the influence of timing on surgical outcome. Eur Spine J [Internet]. 2007 Dec [cited 2022 Sep 16];16(12):2143–51. 

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