La movilización neural como técnica de tratamiento en fisioterapia se centra en la mejora de la mecanosensibilidad neural del tejido nervioso periférico y central (médula espinal). Se trata de un abordaje terapéutico centrado en el deslizamiento o puesta en tensión del tejido neural, pero también trata de influir sobre el tejido perineural (no neural). En especial, trata de influir en las regiones anatómicas donde la relación entre ambos (tejido neural y no neural) es más estrecha y que suelen denominarse interfaces neurales. 

La movilización neural (o neurodinamia) utiliza posiciones y movimientos determinados de diferentes partes del cuerpo con el objetivo de reducir síntomas asociados a una posible mecanosensibilidad alterada en distintos tipos de trastornos neuromusculoesqueléticos. Algunos síntomas comunes son, por ejemplo, el propio dolor, sensación de ráfagas eléctricas o bien sensaciones de entumecimiento u hormigueo entre otras. Además, la movilización neural se utiliza como herramienta clínica durante la exploración física del paciente, ya que ayuda al fisioterapeuta en el proceso de razonamiento clínico y diagnóstico funcional en fisioterapia. 

Desde una perspectiva neurofisiológica, las técnicas de movilización neural facilitan el deslizamiento normal de los nervios, reduciendo posibles adherencias en el tejido y ayudando a dispersar sustancias químicas proalgógenas, además de mejorar el flujo axoplásmico (movimiento de sustancias químicas dentro del nervio) para reducir posibles inflamaciones del tejido neural. La investigación científica reciente ha observado reducciones en los umbrales de dolor a la presión, así como una inhibición en la sumación temporal inmediatamente después al uso de esta técnica (es decir, produce un efecto analgésico inmediato tras su aplicación). Por otra parte, y a nivel más central, la evidencia científica ha observado un aumento de la expresión de receptores opioideos en la sustancia gris periacueductal, es decir, aumento de la actividad hipoalgésica en el sistema nervioso central (sistemas moduladores del dolor mediados por vías opioideas endógenas).  

Actualmente, existen también nuevas hipótesis acerca de los mecanismos neurofisiológicos y biomecánicos que ocurren durante la movilización neural de la médula espinal. Entre ellas, se plantea la posibilidad de que, durante las técnicas de neurodinamia, se produzca una redistribución del fluido sinovial (articular) sobre el cartílago que contribuya a reducir el estrés mecánico en la región discal. Otra de las hipótesis que se manejan actualmente acerca de la movilización neural es que los efectos neurofisiológicos observados con la neurodinamia no se limiten a esta técnica sino que sean más propios de la terapia manual en general (movilización neural, movilización articular y como consecuencia de movilizar el tejido en general). 

Por tanto, la movilización neural constituye una técnica terapéutica con efectos analgésicos que resulta apropiada en el manejo de síntomas en pacientes con trastornos neuromusculoesqueléticos cuyo uso no se limita al tratamiento de signos y síntomas neurales como en el síndrome del túnel del carpo, casos de lumbociáticas, o dolor lumbar o cervical de origen neural