¿Qué es la parálisis facial?

¿Qué es la parálisis facial?

¿Qué es la parálisis facial?

La parálisis facial es una alteración en el sistema central y/o periférico, que produce disfunciones en el ámbito físico y psicosocial del individuo. Se caracteriza por una falta de expresión facial, alteración del cierre bucal, dificultades en la articulación de la palabra, deglución y masticación, deficiencias en el cierre ocular… debido al déficit funcional de la musculatura inervada por el nervio facial.  Un importante porcentaje de los casos en los que el proceso se cronifica, los pacientes pueden presentar dificultades en la capacidad de expresar emociones y de reconocerlas en los rostros ajenos (alexitimia).(1)

Todas estas alteraciones físicas, que afectan en el ámbito funcional y estético del paciente, producen importantes afectaciones del ámbito psicosocial. (1)

Como anteriormente se comentó, la parálisis facial puede ser de origen central (alteración del sistema nervioso central). Se la conoce también como parálisis supranuclear o de neurona motora superior. De forma frecuente el origen de la disfunción se debe a una lesión cerebral principalmente derivada de una lesión adquirida (ictus, traumatismos.). Suele estar acompañada de hemiplejia del mismo lado del cuerpo. (2)

Se caracteriza por afectar al movimiento de la parte inferior de la cara, afectando en menor medida a los músculos frontal y orbicular de los párpados.(2)

Además, son comunes los movimientos reactivos de los músculos afectos de forma espontánea o por emociones.(2)

A su vez encontramos la parálisis facial periférica o también conocida como parálisis facial de motoneurona inferior o segunda motoneurona(3).

Principalmente origina la pérdida de movimiento voluntario emocional y de expresión de todos los músculos inervados del lado afecto(3).

Una de las características es la asimetría producida entre ambas mitades de la cara tanto en reposo como en movimientos voluntarios(3).

Esta disfunción es una de las más comunes dentro de los trastornos que afectan a la esfera craneofacial(3).

Se puede dividir en sintomáticas e idiopáticas (aquellas que se desconoce el origen)(3).

Una de las parálisis faciales periféricas más recurrentes es la parálisis idiopática de Bell, la cual presenta un rango de incidencia de entre 13 a 34 casos por cada 100.000 habitantes (3).

Existen algunas hipótesis que pueden explicar el origen de esta parálisis de Bell, como son la isquemia vascular, la fuente inmunológica, la compresión o la infección vírica.

A parte de la disfunción de la musculatura facial, la cual provoca alteraciones motoras en la ejecución de gestos emocionales, fallo en el cierre labial, masticación, deglución… también se pueden producir afectaciones en la secreción lagrimal, hiperacusia o pérdida del gusto de los tercios anteriores de la lengua(4).

La evolución patológica de la parálisis facial periférica, provocará una degradación axonal que dará paso a un síndrome facial post-parálisis, en la que aparecerán las sincinesias (movimientos acoplados de músculos ajenos a la ejecución de una actividad concreta de la cara. Ej: al sonreír, guiña un ojo), espasmos hemifaciales (trastorno crónico en la que aparecen contracciones involuntarias de la musculatura facial del lado afecto), como consecuencia de una re-inervación anormal (4).

La aparición de estas “secuelas” puede provocar rechazo y miedo del paciente a ejecutar ciertos movimientos faciales, provocando desuso de la musculatura facial, agravando aún más el proceso. 

En relación a los factores psicosociales alterados por la clínica general de la parálisis, algunos estudios muestran como el deterioro de la sonrisa y la propia discapacidad física facial, fueron predictores clave de depresión en pacientes con trastornos neuromusculares faciales(5).

Los grupos poblacionales más afectados son los jóvenes y mujeres(6). Siendo estas últimas en las que se asoció significativamente con un aumento en las puntuaciones de síntomas depresivos. Los pacientes que acuden a tratamiento por la propia parálisis facial muestran mayores índices de los puntajes en los cuestionarios autoadministrados de depresión/ansiedad y calidad de vida(7). A mayor gravedad en la parálisis facial, se encontraban mayores probabilidades de tener mayores síntomas depresivos(7).

Los predictores para un peor pronóstico en el desarrollo de la parálisis facial son:(2)

  • Parálisis facial completa
  • No se recupere en tres semanas
  • Personas mayores de 60 años
  • Presencia de dolor severo
  • Afectación por herpes zoster
  • Asociación a otras patologías como son la hipertensión, diabetes, embarazo…
  • Severa degeneración del nervio.

El tratamiento de las parálisis faciales periféricas, deberán comenzar con un proceso de educación terapéutica del paciente, en el que explicar en que consiste su proceso clínico, cuales son las opciones terapéuticas (tanto fisioterapéuticas, psicológicas, como médicas y /o farmacológicas). Enseñar estrategias de cuidado oral y facial (protección y lubricación ocular, hidratación y cuidado de zonas edematosas…), enseñar herramientas de afrontamiento contra la sensación de fatiga, tirantez y contracción.

Posteriormente se debe comenzar con el trabajo de reorganización de la capacidad del sistema nervioso central de crear un esquema de percepción y movimiento óptimo de la región facial.

A su vez se reentrenarán las capacidades neuromusculares (proceso de trabajo conjunto coordinado del sistema nervioso y la musculatura), de manera que se trabajarán la reducción de las sincinesias, del hemiespasmo, así como el aumento del tono y la disminución de los patrones aberrantes.

Alberto Pérez González

Fisioterapeuta y Experto en trastornos craneomandibulares

Bibliografía

1.        Robinson MW, Baiungo J. Facial Rehabilitation: Evaluation and Treatment Strategies for the Patient with Facial Palsy [Internet]. Vol. 51, Otolaryngologic Clinics of North America. W.B. Saunders; 2018 [cited 2021 Jan 11]. p. 1151–67. Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30262166/

2.        Holland NJ, Weiner GM. Recent developments in Bell’s palsy [Internet]. Vol. 329, British Medical Journal. BMJ Publishing Group; 2004 [cited 2021 Jan 11]. p. 553–7. Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/15345630/

3.        Garro A, Nigrovic LE. Managing Peripheral Facial Palsy [Internet]. Vol. 71, Annals of Emergency Medicine. Mosby Inc.; 2018 [cited 2021 Jan 11]. p. 618–24. Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29110887/

4.        Valls-Solé J. Facial nerve palsy and hemifacial spasm. In: Handbook of Clinical Neurology [Internet]. Elsevier B.V.; 2013 [cited 2021 Jan 11]. p. 367–80. Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23931790/

5.        VanSwearingen JM, Cohn JF, Bajaj-Luthra A. Specific impairment of smiling increases the severity of depressive symptoms in patients with facial neuromuscular disorders. Aesthetic Plast Surg [Internet]. 1999 Nov [cited 2021 Jan 11];23(6):416–23. Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/10629298/

6.        Cross T, Sheard CE, Garrud P, Nikolopoulos TP, O’Donoghue GM. Impact of facial paralysis on patients with acoustic neuroma. Laryngoscope [Internet]. 2000 [cited 2021 Jan 11];110(9):1539–42. Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/10983957/

7.        Nellis JC, Ishii M, Byrne PJ, Boahene KDO, Dey JK, Ishii LE. Association among facial paralysis, depression, and quality of life in facial plastic surgery patients. JAMA Facial Plast Surg [Internet]. 2017 May 1 [cited 2021 Jan 11];19(3):190–6. Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27930763/

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